Soñemos juntos....

Se abre la puerta carcelaria después de la sutil inconsistencia existencial que tramó una oquedad para alguien, que en este caso es referencial propósito hacia quien me transmitió y pasó la cadena de la vida. Con un profundo recuerdo nostálgico de acontecimientos agarrapatados a mi caminar, el espectral mundo pasado incluido entre tanta imagen experiencial, se estigmatiza incoherente y perenne junto a la sangre recrudecida de una misma estirpe consciencial.....

No hay separación libertaria, no hay mundos independientes, no se parten los destinos como auguran los predictor ornamentistas de la sociedad contemporánea......

Solo una ínfima distancia quedará en el propósito clandestino de dos lazos que intercomunicaron sus universos en un instante ya quasi-ido con una escrutural y esquemática nota epitáfica.

Siento cómo las batallas internas de nuestro conjurado limbo de incertidumbres soñadas, se retuercen en un proceso universal de regreso a la llanura inmensamente luminosa, donde tu mirada se abrirá camino al siguiente amanecer, que deseo de todo corazón, Padre, consigas....

A mi Progenitor y Padre en su más Trascendente Paso....................Visitólogus el Resureptus.

Anquilosados al pedestal de la insumisión

Pernocta el indecente resplandor de la megalómana llama del intelecto divino en un complot transcendente, que perturba el silencio de aquellos que anquilosados al pedestal de la insumisión declinan postergarse ante tan elevadísimas eminencias sobrenaturales.
Semicojos y semituertos pretenden ostentar las claustrofóbicas emanaciones telúricas de los principios elementales de conglomerados reminiscentes, bajo supuestos dogmatismos ortopedas en sentenciosos esquemas surgidos de los ramales instructivos de ciencias plusquantieruditas.
El resultado conforma la contubernia constitución de anagramas interdimensionales, que se desplazan desde el rojo semántico de la introspección meganodular de quantos restringidos a pura especulación, hasta las lindes limítrofes de verdes espiritualismos de infinitos campos anti-coherentes de fluctuaciones afines a pares de subconsciencias sin cohesión dimensional.
Con toda esta desmembrada concatenación de enunciados insípidos e insurgentes de la suprema constitución del cerebro humano, en fase expansiva y diáfana con lustre mercantilero, un sinnúmero de eternas figuras superiores atadas al tartamudismo celestial se agarrapatan con uñas aceradas al flaqueante órgano corazonil, del que extraen hasta la última partícula sangrante de sentimentalidad sufriente como néctar diamantino.
Y mientras una descomunal proporción insignificante de congéneres emancipados laborean con maquinaciones que conspiran idiosincrasias teofísicas teosofocantes, que aportan una constante afloración de reminiscencias corderiles para beneplácito del vampirismo subjetivo galáctico-interno, estos, se liberan de las cadenas opresoras y sacrificantes que mantienen a la inefable estirpe especímena en interminable penumbra existencial….
Tan decoroso ornamento consciencial emula la ineludible resurgencia de catapultar al colectivo emulgente a un expansivo mundo placentero, donde toda evanescencia documénica institucional valorará los argumentos estimativos adecentados de apreciaciones consistenciales de orden conceptual complaciente, sin que ningún espúreo artificio mental soslaye con sombras de tinieblas ancestrales la consecución del ente evolutivo proyectado al plano condensador.

Antiguallas dogmáticas

¡¡Quanta estratosfera psiquica de connivencia rural que se asemeja a un lípido cavernoso refulgente en su etapa primaria!!.
Ahora la parafernalia holística del cuaternario mental pretende elevarse, entre nostálgicas incitaciones, sobre el pensamiento horterista del empalagoso orden consciencial con ritmicos versos benefactorianos.
Las oblondas aperturas sublimes de porticones siderales que nos mantenían enclaustrados en un infernillo de existencialidad lúgubre, están siendo destelarañizadas por eminentes doctores del esoterismo pagano con la mezcla de resonancias santónicas.
Solo que aquellos que lo llevan a término mantienen un status socio económico de alto rango empresarial, siendo una controversia duplicante el aprovechamiento dulcístico de las vibraciones lenguaraces que emiten dichos histriónicos elementos. De tal modo que se me anticipa la reminiscente idea de una considerable coyuntura comercial brotada de la condescendiente y misérrima percepción consecuente de infinitud de creyentes y de adeptos en fase terminal y deprimente.
.....Pobre gente; oportunistas de turno eternamente presentes, y mansalvas de débiles conjuntos de cerebrines enquistados en falsas ilusiones de antiguallas dogmáticas......

El Muro de las Lamentaciones y la casita de cristal

Había una vez una casita de cristal donde vivía un ingenuo e inconmensurable benefactor de las fuerzas universales. Su ilustrísima persona y sus selectos fieles, de quienes gustaba rodearse el oportunista y avaro Finmundero, para diferenciarse del resto del Mundo, solía alejarse de cualquier crítica constructiva con cierto perfil agrio de connotaciones instructivescas, para acercarse a las auténticas manifestaciones sin indulgencias compasivas que le convertían en un engreído y camaleónico personaje quasi-esotérico-pedante.
Parece ser que comulgaba con el ideal del cambio a través del mariposeo entre flores de hermosos colores y con las múltiples aperturas de puertas trans-universalescas que iban desde las capillas cistercienses hasta el palacio real Vaticanista en manos de unos misioneros que no sabían ocultar ciertos negocios sucios ni a la multimillonada pobreza que mantenía a esos estamentos abiertos por necesidad divina imperante.....
Siempre le iban resonando palabras opusísticas que al parecer algún gremístico le transmitía, despertándolo del algodonado sillón de duende placentero, y que como guardián de piramidones enmohecidos y de secretos no confesables, se revelaba contra toda indumentaria pintada de pensamiento liberal...
Sus suelas, que se sepa, no portaban alas, ni tan siquiera una buena pluma que le hiciera descargar una simple gota de mala-leche humana como corresponde al genio de una raza que cuando se hunde, blasfema y escupe en el atrio principal de los dioses...los cuales debían de estar carcajeándose con la constitución de aquella blandengue consistencia mental que suponía vivir y sentir según el caudal de consciencia monetaria transportada...
¿Habría aprendido algo inconfesable?. Desde luego que sí, pues del mismo modo que la iglesia reservaba sus primeros asientos a la clase superior y se avergonzaba de los misérrimos que se plantaban en sus celebraciones de máxima ornamentación cabalístico-usurpadora, su mediática persona se enfundó en una senectud anticipada haciendo que los deseosos "nietecitos y nietecitas", que no amigos de mentirijillas del rocambolesco mundo bipolar, deseasen fervientemente la bendición de su espléndida bondad para ser así nombrados allá donde su voz resquiciada levantaba expectación concertada bajo el buen pago; que se fundía con una orla de infiltrados que se embolsaban buenos dividendos nogocísticos......
Luego se encaramaba a la advertencia del peligro inminente de un Mundo en peligro que debía cambiar...¿Que debía cambiar? ¿para qué? si sus intereses iban a las mil y una maravillas con la condescendencia de los miles de adeptos sectarios que adoraban sus puntos y sus comas sin más pensamiento...
¿Es que gustaba de los descerebrados que no ensombrecían su fatua visión de la realidad cognitiva sin ramajes que aportasen alguna duda acerca de la labor de sus ideas...?
Hubo un tiempo entonces en que el señor mandaba en casa y donde los hijos y la señora obedecían sin rechistar ó de aquel otro individuo que se creía el enviado y conformaba a su alrededor solo a aquellos que amaban y vivían para sustentar dicha banalidad mercantil que escondía una profunda demencia senil paranóica.
Pobres...sin dios y endiosando al hombre...pobres.
Ahora, en este momento, sigo en mi recinto prestado...hasta que me desposean de él e intenten mandarme a las galeras junto a otros inconformistas en contra de estos usureros montajes chabacaneros y mesianísticos. Ahora puedo concluir la conclusión experimentada desde donde mi aportación ha sido constante y en donde cierta sombra se cernía sobre esa cabeza de buitre desplumador con envoltura de palomita mensajera.......¿Serían conscientes quienes le rodeaban en su inconsistente algoritmo megalómano de su megalomanía patológica...?
Tal vez el Mundo que llega esté por encima de lo humano, y el cambio solo lo adviertan en su magnificencia aquellos que se codean con las limpias aguas del Alma Humana y sus frutos de oníricos perfumes emocionales...El resto, el poco resto de mortales no-aptos para condimentar sus desagradables emanaciones corpóreas, quizás queden atrapados para siempre en el averno al que son deportados cuando la espaciosidad de ese nuevo mundo, concebido desde las cercanas confluencias de la continuación de la casita de cristal descarte a los que no son espiritualistas arios...
E irán de monasterio en monasterio abriendo con su potestad supra-celeste las puertas de la Luz verdadera al resto de pobres infelices...
Suerte MAESTRO...
Visitólogus el Resureptus V.el.R

Una Entidad Paradogicadismática.

El proyecto de desarrollo y aislamiento de un óvulo humano fecundado había dado comienzo en la instalación conjunta de los gobiernos norteamericano e israelita.
A mil metros bajo las aguas del mar rojo, se llevaba con el máximo sigilo un experimento que estaba dejando perplejos a científicos y otros estamentos allí recluidos.
La idea básica consistía en separar la parte física embrionaria de la parte psíquica del mismo dentro de dos esferas antigravitatorias en suspensión y llevarlos a su potencial máximo existencial.
Las esferas se encontraban a poca distancia una de la otra y recluidas a su vez en un habitáculo hermético transparente sometido a condiciones de temperatura y presión cercanas al cero absoluto.
La esfera que contenía la parte física del óvulo fecundado mantenía interiormente unos valores vitales semejantes a los del útero materno, recibiendo aporte energético a traves de una pila cúbica radiactiva de "3cms" de lado. Dicho aporte era metabolizado por una compleja red de irradiación genético-sintética que incluía un símil de saco anmiótico con líquido.
En la otra esfera se ubicó la más potente de las computadoras quánticas que era posible crear. Su capacidad de asimilar información era equivalente a tres trillones de terabytes. Esto suponía la totalidad de la información expansiva del universo en cálculos de tiempo-espacio.
El psiquismo en evolución del proceso embrionario fué implantado en el núcleo de la computadora que estaba confeccionado con plasma procedente de la anti-materia obtenida en los aceleradores de partículas repartidos por el planeta.
Este potente componente fué previamente condensado por electro-imantación nuclear de altísima intensidad y envuelto en una red neuronal de carbono"20" no mayor que una nuez.
La parte embrionaria física sin psique o ente sin estructura mental se consiguió clonando su simbiosis, separando y extrayendo el contenido informático del ADN original, y sustituyéndolo por otro idéntico artificial pero alterado y mejorado en extremo. Se obtuvo así un cuerpo-envase carente de identidad, al cual se le implantaría en su momento una personalidad biorobótica con la posibilidad de manipulársele a voluntad.
Con la modificación del ADN variaron ciertas características morfológicas del futuro cuerpo: un macrovolumen craneal, seis dedos en piés y manos, órganos internos reactivos con radiaciones energéticas, autogestación regenerativa, ojos con menbranas protectoras y constitución combinativa de los dos sexos y más pequeño de estatura. Como notoriedad, serían unos extraordinarios psíquicos telépatas...........

Horizontalidad sobre la inhóspita toalla

Horizontalizada sobre la inhóspita toalla aposentada en el relax manto de arenisca playera, el cuerpo semidesnudo de su feminismo insoslayable bulle candente exhumando la irradiacionabilidad de rayos mediodiísticos.
Con el gafero rostro marcado por la impregnación tórrida del semblante a medio tostar, exhibe una expresión complaciente causada por el éxtasis de la serenitud del momento que sin el compromiso púdico del ropaje diario, le hacen asomar altaneros unos senos despampanantes erguidos en desafiante convulsión de materia física carnosa, la cual es rematada por dos pezoneros ojos que parecen mirar desde la dimensionalidad del deseo.
El moñeado cabello que habitualmente vuela ondulante al viento callejero, está rematado por una borla a modo de cofia ornamental que induce a pensar en un sustrato mental capaz de detectar cualquier anómalo movimiento a su alrededor.
En su extensible brazo siniestro, en la contorsionante articulación muñequera, porta un juego joyístico de varios brazaletes adornatorios que se adiccionan a la leve amalgama de trapos ocultantes de zonas no públicas, situadas justo en el contexto banalístico del consorcio procreador; el resto de su física humana permanece expuesta al exhibicionismo sin más prolegómenos detallistas……
Llegado el mediodía a su fin, y apretando el fulgor sofocante con esplendoroso cenit de ondas caloríficas, la deducción mental logística perteneciente a su concepción humana decide escabullirla del agobio solanero y hace que huya al sombrístico espacio conformado bajo la estratosférica carpa veraniega que me cobija.
Y donde antes un confortable servidor del escribismo permaneció apaciguadamente reconcentrado en la benemérita contemplación de pormenores nudistas, ahora la compartición se ha fraguado necesaria para albergar su trémula esencia compañerística junto a una impregna capa lúbrica de cremosidad protectora.
Se acurruca como el organismo que ha encontrado la horma momentánea de la felicidad en la compañía de su otro desigual, y comienza a manifestar un lento sopor que la transportará al mundo del ilimitado subterfugio.
Mientras ella duerme en la inconsistencia vital, a mí me atrapa el vagabundo deseo de concluir esta confluencia real en base coherente para no expansionar en exceso un momento tan energéticamente regenerativo…

Relatado queda

Siempre resulta complicado comenzar algún escrito que relate algo interesante. Mucho más complicado si ha de ser creible ó poseer los ingredientes que solo los que están al otro lado del guión consiguen valorar. Es en todo caso un impulso que conecta con los sentimientos y pensamientos de los otros de un modo tan especial que en determinados momentos no se sabe donde se hallan los límites.
Quien relata, el escritor, quien escribe, lo puede hacer por una inacabable cantidad de motivos, ya sean personales o profesionales, pero hay un momento en que la misma escritura exige una constante demostración de valor que va más allá de la fantasiosa idea de ser conocido y admirado.
Es entonces cuando aquello que fluía alegremente libre se convierte en una pesada losa de responsabilidad que marmoliza la mente y hace que las palabras surjan como apretones intestinales, convirtiendo al mundo de las ideas en un recinto del que solo se sale bajo estricto control.
Estaba dispuesto a confesar mis intenciones y propósitos haciendo gala de ese valor necesario para que la fusión entre quien escribe y quien lee hubiese sido casi perfecta, pero después de tantos años cometiendo los mismos errores, siendo uno como es, resulta casi un insulto presentar una imagen maquillada por tan breve tiempo.
Nada de eso. Como de costumbre, el desaliño general que brota de la rebeldía contra la apariencia idealista y las babuchas que tanto valen para andar por casa como para sacar al perro un rato a la calle, me persiguen de manera irremediable. Esto hace que lentamente mi compostura literaria vaya perdiendo la rigidez sistemática del control mental y me hunda en la proliferación del deformismo palabrístico que habitualmente no confieren a un relato la sobriedad y calidad suficiente para ser digno merecedor de algo.
Así que, como no espero nada al respecto, me libero de la pesada carga coyuntural responsabilista y acelero la narrativa marcha con la consiguiente mansalva de estructuras coercitivas que hacen de este relato relativista una mera confección de supuestos ficcionismos en connivencia con brotes de tintes fehacientes.
Relatado queda.

La Plaça Vella

La plaça Vella comienza a bullir en un susurro de contenido trasiego, semejando la rumorosidad de un filantrópico enjambre catequista.
La fresca brisa abrileña de la mañana sabadera camina sosegada hacia el leve sofocón calorífico del mediodía y multitud de negocios cafeísticos comienzan a distribuir, resoplando vahos, la tentación de pendencieros aromas tostados entremezclados con bocatas calentorros.
Al social entorno lo van cubriendo de un conjunto asimétrico de mesas metálicas chapeadas y juegos de sillas forradas de mimbreado plástico que convergirán reunificadas bajo amplias carpas de parasoles.
Peatonales desembocaduras de ramal viario parten desde salpiconas callejas lejanas, asomando al contingente humano, que fluye con incesante trasiego tomando en su desfile anarquista de pasos aleatorios, posesión del configurado esquema placístico.
Y mientras el aire soleado desciende desde el contorno urbanístico de unos edificios clásicos, ubicados como cementosa alameda perenne, la empinada contractura arquitectónica de celestial rango reliquiario abre su enrejado poder terrestre a quantos desean un blanqueo a las internas esencias divinas. Desde la campanera boca del elevado torreón se comienzan a oir gritos metálicos compulsados, que avisan del inicio de una litúrgica ceremonia creyente.
Palomas concupiscentes con el hábito domesticador sobrevuelan, a ratos, la limítrofe periferia del manchurrero enlozado en busca del picotero jornal alimenticio. Alrededor, unos pequeños e indiscretos críos juegan figurándose ser depredadores persiguiendo a las inocuas presas; solo el talento del instinto natural reconoce la sensación de ese hierático hecho. Sin embargo otros prefieren lanzarse, con sus dotes de bicicleteros, al encanto del dominio equilibrista sobre ruedas, aunque tampoco desisten del complot cacerístico que les sosiega la energía psíquico-muscular.
Las pacientes madres, con un nudo emocional constante que les va sistemáticamente del estómago a la garganta, contemplan a corta distancia, enredadas entre la apacible realidad perceptible y la conjetura del dolor suposicional, cómo sus procreados descendientes evaden ignorantones el continuo asedio de los traspiés y el tropezón.
Una presunta familia de supuesta procedencia emigrante, exhibe con premeditación, en las cercanías del infatigable movimiento infantilero, multiformes objetos aéreos de relucientes colores que colocan frente a los admirados ojos de la oropelada masa descubriente. La composición variadística de caricaturescas caras y sonrientes animalitos de dibujos, se eleva hasta donde unas finas cuerdas mantiene estático el parafernalio tinglado, impregnado a su vez del deseo posesivo de la correspondiente astucia económica. Algunos lloriqueos mocosos ya consiguieron imponerse usando la rabieta como arma letal para sus propósitos.
Un grupo de desaliñadas sombras nubosas comienzan a irrumpir espectrantes con augurios de evacuar goterones en la reluciente jornada, y muchos se disponen al regreso hacia sus impermeables hogares.
Mañana tal vez se reinicie de nuevo la escenificación para un día de sociabilidad compartida.

La Cala bañista

El descendente camino encañaverado desliza al personal bañista hasta las comisuras del estrangulado mar, que no cesa de hablar con las primeras grumosidades de la arenisca pedregosa.
Una olla rocosa en forma de “U” con florituras verdosas de troncos esculpidos sin regla y escalinatas talladas desde los catalogados apartamentos lujísticos, entrecalienta a intervalos descompasados el rebrote de cuerpos semidesnudos, en el intento de morenizar al blanco cuero humano.
El estrelloso y refulgente Sol juega a lanzar ráfagas incandescentes entre densos vapores redondeados como crucíferas inflorescencias, que se desplazan a velocidad de crucero bajo la autopista libre de la estratosfera, en una interrupta jerga natural que plurifica las sensaciones internas que emanan del sistema de los sentidos a ras de piel.
Tres añiles y flacos cuerpecillos briosos desafían sin dubitages mentales a toda la sublime percepción climatosa y se aventuran heróicos a las andanzas desvergoncísticas del nudismo inocente, en contra del golpeteo amistoso de las manos líquidas que surgen de olas ensortijadas. A cada cachete de mar, unos agudos grititos de contención impregnan la atmósfera acrisolada, que con el transcurrir del tiempo indeleble, se volverán desafiantes y altivos como corresponde al individualismo personal de los más poderosos entes de las especies reconocidas.
Unos grupúsculos de bañistas aposentados sobre toalleras telas, relajan el conjunto de efluvios corpóreos en su afán yoguístico, que trata de hacerse con la ciencia de la conectividad a los elementos circundantes; otros, mientras tanto, prefieren el mutuo masajeo muscular que les prepare a la incitación seductora de la atracción molecular.
El color azul cobalto se desparrama en una horizontal semicurva que va desde el nacimiento del cielo hasta los pies del arqueado acantilado, provocando un cristalino tinte turquesa que se inicia con la textura ondulante de la carpa marina y se transforma, en la lejanía, en un vasto estrato de plata oscura sobre la cual centellean relucientes infinitud de microsoles que se bambolean al compás de las convulsas crestas espumosas. En ellas cabalgan unos aguerridos levitadores que sujetos a las bridas de sus “cométicos” corceles se desplazan sobre planchas flotantes; saltando como peces voladores por encima del farfullero oleaje.
Más al fondo, unas soterradas velas blanquecinas de corte triangular se alejan presurosas del alcance visionario; tal vez en busca de un espacio ilimitado en el que los pensamientos sin causa se ahoguen para siempre.

Bambalinas psicodélicas

El escenario dicharachero desparrama su perfume jubilado, anexionándose a la escalera que, tránsfuga, escalonea hacia el terrado del insípido bar, donde la oblicuidad de un angosto parasol acoge como refugio al despliegue compañerístico de la artista metro-sexual.
La multitud conglomerada en el ensillonado aposento, con suelo de sucia pizarra mate, vocifera bajo una parlanchina melodía ininteligible de múltiples trabalenguas. Al mismo descompás, un sonoro autobús huido de la autopista transgrede, con su concierto rugiente de ciclos mecánicos, la muralla aterciopelada del Montjuïc festivalero en ocasiones de recreación ficticia.
El destartalado espectáculo permanece mientras tanto tan hueco como un globo, en ausencia momentánea del contingente teatral . Tras las sábanas translúcidas pintorreadas con rostros agridulces, se detecta la silueta añeja de una tibia biblioteca apolillada. Adjunta, de pié, una señora periodista de Barcelona, emperifollada con guantes blancos, acuna entre sus táctiles dedos una hoja escriturada con el monólogo, que dará paso a la escenificación de la revista.
A lo lejos, en una tarde de color azul chocolate, resonando ajeno al evento, como una tormenta lejana, el bramido trompetero de un barco enfila hacia mar abierto, con quienes se han otorgado el regalo de un paréntesis en su perentorio tren de vida laboral.
El sol expira su último gramo de candela entre una nutrida formación colgante de metálicos nubarrones, dispuestos a descargar una cucharada de jarabe fluvial a través del buzón asfáltico. La clorofila hídrica aliviará de consustanciaciones fétidas los intestinos de las cloacas urbanitas y otorgará vitalidad al ecosistema vegetativo.
Mientras desfila esta pomposa cabalgata nubosa, un mirador del futuro con péndulo, se parapeta junto al obnubilado cliente en la matriz de un estrecho garito ambulante, próximo al tabernáculo de las parodias. Necesita que el diáfano vidente le tienda un puente condescendiente, entre su mundo y la cognoscitiva efervescencia del devenir suponible. Quedará holgadamente satisfecho al concluir la introspección de los tiempos y el museo de sus sueños perpetuos refluirá incondicional.
El murmullo galopante de la abarrotada sala comienza a dar paso a una lenta silenciosidad, al tiempo que un minúsculo cuarteto musical entona el prefacio del inicio teatrero. Un bebé manifiesta firmemente su postura al pataleo y la madre intenta, con un sibilino tembleque de pies y manos, sumirlo en el sopor inducido. Un último trozo de bocadillo casero, enfundado en su plástico, cae inánime en el caos de la profunda interioridad del bolso, en espera de ser reciclado para el desayuno.
Las hipnóticas fauces de la presentadora petrifican como estatuas al público birlongero, cuando su voz gorgojera, irrumpe en escena con un poema cascarria digno de la más abigarrada pluma soez. Las memorizadas estrofas deslumbran al coeficiente colectivo, que intempestivo, interfiere con una algarabía de aplausos palpitantes.
Con todos ustedes…
El tropel de vedettes uniformadas únicamente con un enorme botón pudoroso, y actores atiborrados de té con miel, va descendiendo presuroso al requerimiento popular.
Entre bambalinas, el organigrama musicalista entra en una fase de éxtasis triunfal, acompasando rítmicamente el rimbombante trasiego de movimientos corporales de rostros sonrientes. Con sutil aplomo, la pregonera figura se difumina por el trasfondo del diván.
La función ha comenzado.

El cazador de taquiones

Entubado al casco dimensional con parámetros de coyuntura del porvenir, se conexionó a las estridentes constataciones de acontecimientos futuros.
El cazador estaba listo para atrapar a uno de aquellos saltónicos taquiones mientras la computadora mental cambiaba de frecuencia perceptiva, adaptándolo al ámbito de la quasi realidad quántica.
La nueva dimensionalidad entró a formar parte de modo inmediato como la estrategia a seguir contra una multitud de translúcidas esferitas coloristas, que habían surgido de la nada entre salpicones movimientos aleatorios sin rumbo determinado.
Con una mano sobre el detector biónico de su propia esencia, y la otra monitorizando la fusión espectral de las trazadoras virtuales de límites suposicionales, se dispuso a echarle el guante a su primera consustanciación informática del día.
Durante breves instantes de tiempo neutrino, su mente adquirió una mega-lucidez absoluta, y nuevamente al instante, una de las luminiscencias aparecidas se le acercó confiada entre variables saltitos.
¡¡ZÁSS!!. La capa base de estructuras infinitas procedente del pensamiento expandido por las coordenadas del deseo mental, envolvió a su presa con aditamentos neuronales inestables, quedando atrapada ésta en la materialidad del razonamiento presente.
El cazador desactivó de inmediato quantos elementos componían la argamasiva instrumentalización de los valores conscienciales de aquel entorno, y se dispuso a "visionar" su captura interna.
Un flash del taquión capturado le informó antes de desvanecerse sobre el inminente magnicidio, al otro lado del atlántico, de un importante líder gobernante...
 

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